Aprovechando la llegada de la ola de frío intenso que estamos sufriendo estos días en España, en un nuevo artículo de nuestro serial de nutrición canina y felina vamos a tratar la siguiente relación: alimentación, perros y climas extremos

Las condiciones climáticas adversas, como el
frío o el
calor extremo,
incrementan las necesidades energéticas de los perros en un porcentaje que depende de la severidad del clima. En un estudio realizado con perros del ártico se observó que se necesitaba un incremento del 70-80% en la ingestión de energía para
mantener la temperatura corporal sin perder peso. Los perros presentaban una termogénesis inducida por el frío, mecanismo que consiste en
aumentan la tasa metabólica durante la exposición a los ambientes fríos. Este aumento de la tasa metabólica produce calor extra que se utiliza para mantener la temperatura corporal.
Aunque las
necesidades energéticas de los perros del ártico son muy grandes y, por ello, precisan de una gran ingesta de energía diaria, el fenómeno de termogénesis inducida por el frío también se observa en los
perros que duermen en el exterior durante las épocas más frías.
En una investigación realiza con Labradores y Beagles se observó que cuando la temperatura ambiente disminuía de 15 grados centígrados (zona térmica neutral) a 8,3 grados, la ingestión de
energía metabolizante (EM) por parte del los perros aumentaba y se mantenía elevada hasta que la temperatura ascendía de nuevo. En el periodo frío se observaba un ligero descenso del peso medio corporal, a pesar de la mayor ingestión de energía. Los resultados de este estudio demuestran que se
necesitan un incremento del 25% de la EM ingerida para mantener el peso corporal de los perros que se encuentran en el exterior en condiciones climáticas de frío. Esta cifra puede utilizarse como norma general para aumentar la cantidad de EM que debe ser ingerida por los perros que se encuentran al aire libre en los meses de invierno. Sin embargo, también influyen en la cantidad de alimento que debe ingerir un perro en este tipo de condiciones los siguientes factores:
tamaño, tipo, pelo, tipo de cobijo que se le proporciona y las condiciones climáticas concretas.
Otro ejemplo: en un estudio realizado con
Beagles, Labradores y Huskies Siberianos, se demostró que las necesidades de EM de los Huskies se ven menos afectadas por las fluctuaciones en la temperatura ambiente que las de los Beagles y los Labradores, lo cual parece deberse a la
doble capa de pelo que tienen los Huskies, que les protege frente a estas variaciones térmicas.

Las necesidades energéticas de los perros también aumentan en condiciones de
altas temperaturas y humedad, y la mayor energía ingerida se utiliza para enfriar el cuerpo.
Los perros que trabajan en
zonas de elevada humedad experimentan incrementos ligeros de las necesidades energéticas, a la vez que muestran una reducción del apetito.
Por todo ello, los animales que realizan trabajos en
climas calurosos deben recibir una dieta rica en calorías y densa en nutrientes para cubrir todas sus necesidades nutricionales sin necesidad de ingerir grandes cantidades de alimento. También es importante que exista un suministro de
agua fresca constante en condiciones de calor o humedad.